Melanie Smith - Maria Elena

del 23 de Abril al 10 de Junio / 2021

Con motivo de su exposición inaugural, AYER presenta el proyecto Maria Elena de Melanie Smith, artista británica que ha desarrollado gran parte de su obra en México y Latinoamérica. El filme Maria Elena (2018) cierra la trilogía que Smith inició en 2010 con Xilitla: Dismantled 1 en México y que continúo con Fordlandia, grabado en Brasil en 2014. Estas tres piezas de video pueden ser consideradas como meditaciones íntimas basadas en incursiones históricas por parte de distintos poderes internacionales en lugares improbables. A la par de estos retratos audiovisuales la artista deriva sus investigaciones en objetos escultóricos e incursiona en el plano pictórico, revelando así el espectro material de estos acontecimientos y sus eventuales fracasos.

 

En Maria Elena se presentan las secuelas del auge minero que tuvo lugar en la región de Antofagasta en el desierto de Atacama, ubicado en el norte de Chile. Es en este territorio donde se encuentran las mayores reservas de salitre en el mundo, un mineral que al ser refinado a manera de nitratos puede ser usado como fertilizante o materia prima para explosivos. El video toma como punto de anclaje al pueblo salitrero de Maria Elena, nacido a mediados de los años veinte a partir de la inversión de la familia Guggenheim. El boom económico se acabó de manera repentina cuando científicos alemanes lograron la producción sintética de estos químicos. Esta localidad fue la única que sobrevivió al abandono generalizado de la zona, quedando en pie como el último pueblo salitrero activo en Chile.

 

El video de Smith recorre este paisaje, saltando constantemente entre la abstracción poética y la realidad concreta. Narra uno de los múltiples relatos en el que la modernidad industrial y sus caprichos momentáneos tienen efectos duraderos e irreversibles; este actuar colonial y su instrumentalización arrogante del entorno producen una nueva abstracción pictórica que habita incómodamente el panorama. Este proceder se ve replicado hoy en día con la explotación a gran escala del litio en el desierto de Atacama, una nueva conjunción de intereses económicos ha detonado la reconfiguración del entorno a gran escala, amenazando el balance ecológico y el significado cultural que muchos grupos sociales asignan a este espacio.

For its inaugural exhibition AYER presents Maria Elena, a project by the British artist Melanie Smith, who has developed a considerable part of her work throughout Mexico and Latin America. The film Maria Elena (2018) completes the trilogy that Smith started in 2010 with Xilitla: Dismantled 1 in Mexico, followed by Fordlandia recorded in Brazil, 2014. These three video works can be considered as intimate meditations grounded on a series of historical incursions, performed by international powers in unlikely settings. Parallel to these audiovisual portraits the artist further broadens her research with sculptural objects and venturing into the pictorial realm, revealing the full material scope of these occurrences and their eventual failures.

 

Maria Elena deals with the aftermath of the mining boom that took place in the region of Antofagasta in the middle of the Atacama Desert, northern Chile. The largest reserves of saltpetre in the world are contained within this territory, when refined as nitrates this mineral can be used as fertilizer and raw material for explosives. The video focuses on Maria Elena, a so-called nitrate town born in the middle of the 1920’s out of an investment from the Guggenheim family. The economic rise ended abruptly when a group of German scientists achieved the synthetic production of these chemicals. This settlement was the only survivor out of the generalized abandonment of the area, remaining as the last active nitrate town in Chile.

 

Smith’s video displaces through the landscape, leaping through poetic abstraction and concrete reality. It narrates one of the multiple tales in which industrial modernity and its fleeting fancies have long-lasting and irreversible effects; this colonial attitude and its arrogant instrumentalization of the environment produce a new pictorial abstraction that inhabits the landscape uncomfortably. This is replicated nowadays with the proliferation of lithium extraction spreading across the Atacama Desert; a new conjunction of economic interests has triggered the reconfiguration of the zone, menacing ecological balance and the cultural meaning that many social groups assign to this place.